martes, 7 de septiembre de 2010

El trayecto hasta tu casa.

Un día, estás caminando por la calle yendo hacia tu casa, y de repente, así como si nada, te encontrás con alguien. Se te acerca, te habla, al parecer se llevan bien. Charla va, charla viene, descubren la cercanía que hay entre sus hogares, y por eso, deciden seguir el camino juntos.
Mientras caminan, a vos te da sed. Paran en un kiosko, y la boca te pide una Aquarius de pera porque te estas secando de a poco, hace calor... A la hora de pagar, te faltan 20 centavos, los que la persona que te acompaña te ofrece prestados para que vos puedas saciar tu sed con esa Aquarius que estás mirando con ojos penetrantes a través del vidrio de la heladera. Pagás, le agradecés a la persona por el préstamo, y prometes la devolución del "favorcito" de los 20 centavos, para más adelante, claro... Después, seguis tu rumbo.
En una de esas, una manada de nenitos contentos vienen a todo vapor corriendo desde la vereda de enfrente, dos a pie, tres en bicicleta. Uno viene tan de golpe que termina tirando a tu acompañante al piso, y sin pedir disculpas, desaparecen por atrás suyo... Sorprendido pero muerto de risa, decidís tenderle una mano para levantarlo, y podes seguir caminando. Se estaba haciendo tarde, y te habían pedido que llegues temprano a casa. Lo levantás del piso tratando de disimular tu cara de "quiero reirme incontrolablemente", le preguntás si está bien. Él afirma con la cabeza, y echando un par de maldiciones a aquellos nenitos alborotados, se pone de pie y avanza. Siempre con vos al lado.
Así, de a poco, los minutos pasaban y tanto vos como la persona que te acompaña se acercaban cada vez más al destino, a sus casas. Mientras tanto se cuentan lo que tenían planeado hacer al llegar: bañarse, tirarse un rato, ver la tele o escribir algo en el blog porque te sentías con ganas de descargarte (!).
Ya estás llegando. Ves tu casa desde donde estás parado, y decidís empezar a despedirte de la persona, señalándole que allí estaba tu casa. Él señala con el dedo hacia adelante, contándote que dos cuadras más adelante de donde vos te quedabas, vivía él. Se saludan, y se separan, prometiendo en algún momento volver a cruzarse, y volver a hacer el mismo camino a casa, juntos.
Así fueron pasando los meses, pero vos nunca lo volviste a ver. Nunca volvieron a cruzarse, y nunca pudiste devolverle el "favorcito" ese de los 20 centavos, aunque en realidad no era de demasiada importancia. Nunca pudiste compartir una Aquarius de pera más con él, ni volver a reirte de lo que pasaba mientras caminaban los dos juntos. No pudiste volver a darle una mano para que se levante del piso, o dejar que él haga lo mismo con vos. Se acabaron las oportunidades en ese trayecto, desde que te lo encontraste, hasta tu casa. Nunca más supiste nada de él, y muy seguramente él tampoco nada de vos.
Precisamente así es como funciona. La vida es un camino, vendría a ser el trayecto hasta tu casa. Durante tu vida te vas encontrando con gente nueva con la que congeniás y te llevás bien, con la que compartís cosas. Vas caminando siempre con alguien al lado, que te ayuda a levantarte si te tropezás, o para darte algo que te falta, como los 20 centavos para la Aquarius. Compartís durante el trayecto miles de cosas, pero a pesar de la cercanía que haya entre vos y la otra persona, aunque sea de dos cuadras, un día por obra del destino dejás de saber de ella. Dejan de compartir cosas, de darse una mano, de mantener charlas... simplemente la cercanía que hay entre vos y ella no es obstaculo para que el mismo camino te aleje de esa persona. Vaya a saber uno por qué! Tal vez a él no le gustaba la Aquarius, y no quizo volver a verte por eso. O tal vez no quería que le devuelvas los 20 centavos nunca... nunca sabrás.
Ni vos ni nadie. Uno nunca sabe qué depara el destino para cada uno, vos solo tenés que caminar, del resto se encarga la vida. En el camino vas conociendo gente, pero así como te golpea la aparición de una persona repentinamente, también te puede golpear el abandono. Que esa persona desaparezca, que siga caminando pero no con vos al lado. Y así y todo seguimos caminando, conociendo gente nueva, que así como aparece, se queda un tiempo y desaparece...
Al igual que vos en la vida de muchas otras personas.

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